Las lluvias abundantes del último fin de semana no fueron un alivio tras la sequía, como lo habían sido las de febrero y marzo, sino que cayeron en campos con napas ya cargadas, lo cual generó situaciones problemáticas en muchas zonas. En el partido de Huanguelén, por ejemplo, el productor Raul Zanguitu perdió los verdeos que tenía para alimentar a su rodeo durante el invierno tras la caída de 600 milímetros en pocas horas.
Hacia el oeste, en el partido de Pehuajó, cuentan que los canales primarios y secundarios que vienen de zonas más altas como Carlos Tejedor están llegando al límite del colapso. «Hay mucha agua en el campo, hay un canal chico que está desbordado, y el canal principal está sacando agua de la laguna porque la laguna está muy alta, pero cuando llegue el agua de otras zonas y el canal esté más alto no se van a poder cerrar las compuertas porque están rotas y el municipio no hace el mantenimiento que corresponde, entonces va a volver a entrar agua al campo», explica una productora de la zona de Pedro Gamen, y agrega: «Ya hicimos todos los reclamos correspondientes pero por ahora no hay respuesta».
Un poco más al norte, en el partido de Roque Pérez sobre la margen norte del río Salado está Ignacio Iturriaga, que hoy tiene bajo agua unas 500 hectáreas, incluyendo un lote de maíz y sorgo granífero pronto a cosecha, y se quedó sin campo para las vacas. “Son 652 hectáreas que dan sobre el río, con 6.500 metros de costa, y me sacaron para hacer las obras unos 75 a 80 metros para ensanchar el río, llevandolo de 60 a casi 200 metros de ancho. La obra es buenísima, creo que empezaron en el 2022 pero nunca se trabajó a pleno y hace ya 8 a 10 meses que directamente se pararon las obras por falta de pago, están las dragas amarradas en el campo”, explica el productor, que describe la dinámica hídrica con la siguiente imagen: “Toda el agua que viene de Junín por una autopista llega acá y se encuentra con una calle de una sola mano. Y algo que lo agrava es que en Junín abrieron las compuertas, entonces viene una gran cantidad de agua que se encuentra con un embudo”.
Si pierde el sorgo y el maíz, Iturriaga calcula que son unas 900 toneladas que dejarán de viajar en camión, el equivalente a unos 30 viajes. Además, no podrá sembrar unas 130 hectáreas de cebada.
Mientras tanto, el Gobierno nacional y el provincial siguen postergando el debate por la reactivación de las obras públicas. El Consejo Asesor del Plan Maestro del Salado, que integran Carbap, la Sociedad Rural, Federación Agraria, Coninagro y la Unión Industrial Argentina, en un reciente comunicado exhortó al Gobierno a reanudar inmediatamente las obras.