Nueve mil camiones aguardaban esta semana poder ingresar a la Franja de Gaza con toneladas de ayuda humanitaria. El primer ministro israelí Benjamín Netanyahu les abrió una pequeña hendija para que entren primero 9, despues unos 90 y el miércoles 100 de esos vehículos, pero nadie saben donde están, mientras los gazatíes están al borde de la hambruna, algo que temen más que a las bombas israelíes.
El presidente de la sociedad de socorro de la Media Luna Roja Palestina, Yunis Al Kathib, dijo este jueves que en realidad no se tiene idea de dónde están exactamente el centenar de camiones con ayuda que supuestamente han entrado en Gaza.
«No tenemos ni idea», aseguró en una conferencia de prensa en Ginebra, en una jornada marcada por la confusión sobre el reinicio de la entrada de cierta ayuda humanitaria al territorio palestino, después de once semanas de bloqueo total. Sin embargo, algunos insumo médicos llegaron a Rafah, según la Cruz Roja. Es la comida la que no llega a la gente.
«Si (los camiones) cruzaron a Gaza, ¿fueron a un almacén? Nadie me lo puede decir. ¿Hubo distribución? No, porque no hemos registrado una sola familia que haya recibido (la ayuda) y no creo que ni la ONU ni ninguna otra entidad internacional o agencia humanitaria pueda asegurarnos que han hecho una distribución», declaró Al Kathib, en una conferencia de prensa.
«Temo más al hambre que a los bombardeos»
Hosam Abu Aida sobrevive en un campamento para desplazados en Gaza, y la falta de alimentos que padecen sus hijos lo tiene atormentado. «Temo más al hambre y a las enfermedades que a los bombardeos de Israel».
Como miles más de gazatíes, cada vez que escucha algo de la llegada de ayuda humanitaria se precipita a los locales de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) en Ciudad de Gaza.
A veces espera durante mucho tiempo y después, descubre sistemáticamente que se trató de «una mentira».

«El hambre nos está destrozando», afirma este hombre de 38 años, originario de Beit Lahia, una localidad del norte de la Franja de Gaza que está cercada por la nueva ofensiva lanzada por Israel.
Su situación refleja el sufrimiento de la población de este asolado territorio palestino desde el inicio del conflicto, que estalló después del asalto lanzado por el movimiento islamista Hamas en territorio israelí, el 7 de octubre de 2023.
Este ataque resultó en la muerte de 1.218 personas y el secuestro de 251, según datos israelíes.
La campaña de represalia israelí contra Gaza causó más de 53.000 muertos en el territorio palestino, según datos del ministerio de Salud del gobierno de Hamas que la ONU considera fiables.
Pero los muertos serían muchos más. Al menos 52 personas murieron desde el amanecer de este jueves debido a ataques israelíes
La guerra en Gaza ha provocado entre 10.000 y 20.000 muertos que no están plenamente identificados y que no están incluidos en la cifra de 53.000 fallecidos registrados, de los que se cuenta con todos los datos esenciales, incluida algún documento de identidad o fecha de deceso, aseguró el ministro de Sanidad de Palestina, Maged Abu Ramadan.

«Hay mucha gente más que no está identificada, entre 10.000 y 20.000 que no declaramos (oficialmente), pero que son reales», afirmó.
«Gaza es como si hubiese explotado una bomba atómica»
El médico español Raúl Incertis, evacuado en octubre de 2023 tras el ataque de Hamas, regresó a la Franja de Gaza, donde se encontró con un panorama desolador, completamente diferente al que dejó: «Es como si hubiera caído una bomba atómica», le dio a la agencia EFE.
Trabaja en el Hospital Naser, en la sureña ciudad de Khan Yunis, donde se han centrado buena parte de los bombardeos aéreos de la ofensiva terrestre ‘Carros de Gedeón’, iniciada el fin de semana pasado con más tropas terrestres e incesantes ataques.
«La llegada de heridos normalmente es constante porque hay bombardeos continuos alrededor de Khan Yunis y en Rafah (sur), pero en los últimos 8 días hemos notado un incremento muy grande; a veces llegan 20 o 25 pacientes de golpe», dice este anestesista y médico de medicina general valenciano.
En los últimos días, Israel ha emitido órdenes de evacuación forzosa contra todo Khan Yunis, incluyendo los alrededores del hospital, que ha sido atacado -como la mayoría en la Franja- hasta en tres ocasiones en dos meses.
«Hace dos semanas, un dron lanzó (un misil) a una de las habitaciones del tercer piso para matar a un periodista, Hassan Aslih, y para matarlo a él, mató a dos pacientes más e hirió a otros nueve«, recuerda Incertis. Según el Comité para la Protección de Periodistas, más de 200 periodistas han sido asesinados en Gaza.
«Faltan manos»
«Reutilizamos jeringas», «faltan manos», «hay muy poca esperanza» son algunas de las frases que este médico repite, al otro lado del teléfono. Este jueves, por primera vez desde que Israel vetara hace casi tres meses la entrada de comida, agua y ayuda humanitaria a la Franja, llegó material médico a la Franja.
Según informó el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), por la mañana medicinas y utensilios sanitarios se entregaron al hospital de campo de la Cruz Roja en Rafah a fin de reponer existencias casi agotadas en todo el enclave.
El bloqueo al acceso de ayuda ha afectado a todo. «No hay electricidad, hay muy poca agua», dice este médico, y los precios de los alimentos «están por las nubes».
Bloqueo desde el 2 de marzo
Israel impuso un bloqueo total a la entrada de ayuda el 2 de marzo, con el objetivo de presionar a Hamas para que liberara a los rehenes que siguen cautivos.
Después de más de dos meses de este cerco, la presión internacional sobre Israel aumentó, con críticas incluso de Estados Unidos, su principal aliado, por lo que las autoridades decidieron permitir la entrada de ayuda en cantidades limitadas.
Israel acusa a Hamas, que gobierna en Gaza, de desviar los envíos de ayuda, y el movimiento islamista acusa a su vez a las autoridades israelíes de utilizar «el hambre como un arma de guerra».
«Nadie nos ha dado nada»
«La situación es insoportable» en Ciudad de Gaza, relata Um Talal al Masri, de 53 años. «Nadie nos ha dado nada, todo el mundo está esperando».

«Desde hace dos días, escuchamos hablar de la ayuda, pero hasta ahora nada llegó y no hemos recibido nada», se queja. «Solamente palabras vacías».
Israel anunció que autorizó la entrada de 93 camiones de la ONU cargados con ayuda humanitaria con harina, alimentos para bebés y suministros médicos el martes, y otros 100 el miércoles.
«Queremos vivir»
«Mis hijos se duermen con hambre todos los días», relata Omar Salem, que vive en un campamento de desplazados en Khan Yunis, en el sur del territorio. «No queremos más promesas, queremos vivir».
La ONU se queja de que esta ayuda es «una gota de agua en un océano» de necesidades y se queja de que Israel impone obstáculos para que la ayuda llegue a la población.
Según testigos, cientos de camiones cargados con ayuda alimentaria e insumos de emergencia están esperando del lado egipcio de la frontera, en el sur de la Franja de Gaza.
En los comedores populares, la población amontonada raspa las ollas hasta la última cucharada.
En Nuseirat, en el centro de Gaza, un grupo de niños espera con desesperación recibir un poco de trigo en un reparto, estirando por encima de sus cabezas los platos vacíos.
En el barrio de Al Rimal, en Ciudad de Gaza, se repite la misma escena.
El 9 de mayo, la Defensa Civil de Gaza, acusó al ejército israelí de atacar un centro de distribución de alimentos de la UNRWA en el campo de Jabaliya matando a cuatro personas.
Pese a los riesgos, muchos habitantes de Gaza afirman que están dispuestos a correr cualquier riesgo para encontrar algo que comer.
«No es un lujo, es una emergencia, necesitamos de todo: comida, medicinas, agua potable, productos de higiene», resume Al Masri.
Con información de AFP y EFE