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entrada actual: Explosión en Recoleta y temor por las calderas: cómo deben ser los controles y quién debe hacer las inspecciones, ID: 4184
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La explosión de una caldera en Recoleta revivió, como al inicio de cada invierno, el tema del control y las inspecciones de estos artefactos de alto consumo. Por ello, la empresa MetroGAS difundió este martes una serie de recomendaciones para que los consorcios verifiquen el funcionamiento de los mismos con una determinada periodicidad y a través de profesionales especializados.
En un comunicado de prensa, la compañía indicó que si la caldera supera las 150.000 calorías debe intervenir un gasista matriculado en combustión.
En ese caso, se debe solicitar «que revise y certifique el buen funcionamiento de las calderas y realice un informe detallado al consorcio». Los matriculados «deben controlar el enclavamiento del sistema térmico y el sistema de combustión».
Desde MetroGAS especificaron que, «según la reglamentación, al efectuar la primera visita, el profesional debe cargar el informe de validación del artefacto en el libro digital del registro de artefactos térmicos».
También señalaron que «los controles de calderas a vapor por alta presión deben ser trimestrales, mientras que las de vapor a baja presión, agua caliente o fluido térmico, deben ser cuatrimestrales. Y los de termotanques, semestrales».

En cuanto a la ventilación, «se debe verificar que la sala de calderas tenga una reposición de aire suficiente desde el exterior y que los conductos de ventilación tengan una salida a los cuatro vientos que no posea fugas ni obstrucciones».
Otra cuestión a controlar es que la llama de la caldera (y de cualquier artefacto que funcione a gas) sea azul, lo que significa que la combustión es la correcta. Además, chequear que las conexiones del artefacto sean con los materiales correctos.
Ante cualquier duda, MetroGAS puso a disposición un teléfono y un mail destinado exclusivamente a administradores de edificios para evacuar dudas sobre los controles: teléfono 11 5043-2639 o mail [email protected].
Los daños y las causas del estallido
Lo sucedido esta madrugada con la caldera del edificio de Sánchez de Bustamante al 1800, donde 70 vecinos debieron ser evacuados y otras dos personas rescatadas, se establecerá a partir de la investigación que quedó a cargo del fiscal Nacional Penal Contravencional y de Faltas N° 12, Sebastián Fedullo, quien inició actuaciones por «estrago».
En las primeras diligencias trabajaron en la escena efectivos de la Policía de la Ciudad, la Unidad K 9 con perros entrenados, Bomberos, Guardia de Auxilio y técnicos de Metrogas y Edesur.
El personal advirtió que se trató de una explosión fuerte que provocó destrozos de mamposterías, el desplazamiento de portones y la inundación de ese piso donde se encontraba la sala de máquinas.
De acuerdo a uno de los vecinos hubo un temblor en los caños de la caldera, lo que podría indicar una falla en la válvula que libera la presión.
Según fuentes del caso, los peritajes iniciales indicarían a que la causa de la explosión habría sido una falla en la caldera, sin intervención de terceros.
El rol de los consorcios
Clarín consultó a diferentes entidades que nuclean a administradores de consorcios. En todos los casos coincidieron en que la inspección y el mantenimiento corre por cuenta de cada edificio y debe ser periódica.
Sin embargo, concedieron que «no es un tema fácil», porque en cada edificio «hay una problemática diferente» y como en general son calderas antiguas y de mantenimiento caro, deben consultar primero a los consorcistas en el caso de tener que encarar un arreglo.
Por su parte, Gabriela Pilar Saldivia, secretaria General del Sindicato de Empleados de Administradoras de la República Argentina (Seara) explicó a Clarín que «hay un ingeniero que hace inspecciones periódicas» y que en el edificio de Recoleta «el control estaba hecho». Y remarcó que «se hacen controles mensuales».
«Cada invierno vuelve el problema de las calderas. La mayoría de los edificios con losa radiante son antiguos y las calderas están en los sótanos o la bauleras. Como las reglamentaciones fueron cambiando, hubo que adaptarlas a las nuevas normativas y en muchos casos eso requiere obra para construir ventilaciones y cambiar la ubicación, y siempre son trabajos caros que generan gastos abultados y, por ende, conflictos entre los propietarios y los inquilinos», le dijo a Clarín un administrador que tiene varios edificios en la zona de Caballito.
«Además, con los aumentos de los servicios se sumó la discusión entre quienes quieren encender las calderas con restricciones para ahorrar en la boleta de gas y los que quieren que esté prendida todo el invierno. Es que el impacto se siente en las expensas, ya que es un gasto común», agregó.
Otras fuentes consultadas por Clarín explicaron que la obligación del administrador es, ante el comienzo de los primeros fríos, hacer una revisión y verificar el buen funcionamiento de la caldera. «Hay que contratar a un gasista matriculado que verifique que todo funcione y, en caso de ser necesario, hacer la reparación. No se puede arriesgar con algo así», dijo el mismo administrador.