En la escuela Juana Manuela Gorriti, de Villa Urquiza, los vecinos empiezan a elegir a sus próximos legisladores. Aguantando la fría mañana electoral, buscan la mesa que les corresponde.
Son las 11 de la mañana y no se ve mucha gente adentro. Los cuartos oscuros permanecen semi vacíos.
Solo uno de ellos tiene una fila de gente esperando para sufragar. “Hay un 15 por ciento de asistencia por ahora”, dice a Clarín un gendarme.
Si bien le parece poco, agrega que la “la hora pico” empieza a partir de las dos de la tarde.
Esa fluidez de gente es festejada por los mismos votantes. “Un placer votar así”, reconoce Ramona, que entra y sale del cuarto oscuro sin esperar.
Martín, que vota en otra mesa, sostiene que es por el sistema de votación electronica. “Eso agiliza mucho”, sostiene.
En el Instituto Nuestra Señora del Rosario, en Belgrano, hay una sola mesa con fila. En las restantes, no hay espera.
En la mesa de votantes extranjeros, las dos únicas personas que están fiscalizando miran al vacío, sin hablarse entre ellos, esperando que aparezca alguno, pasado el mediodía.
“¿Hace mucho están solitos ahí sentados?”, pregunta Clarín. Riendo, uno de ellos responde: “Vinieron sólo siete personas. Estamos desde las siete de la mañana”.
Su compañero agrega, jocoso: “Lo que pasa es que se volvieron todos a sus países”. Las risas, y luego el silencio de iglesia, deseando que aparezca alguien más, por lo menos para hablar.
En cuanto a la convocatoria, en esta escuela también se ve la baja participación. “Veo poca gente”, sostiene uno de los inspectores municipales. Pero aclaró que hay que esperar a la tarde.
Al salir de la escuela, una mujer rusa con sus hijos pasa caminando frente a la escuela. “Ya voto más temprano”, responde así, con alguna dificultad con el español, Alexandra.
La escuela Coronel Cornelio Saavedra, en el barrio homónimo, ya muestra el efecto mediodía en las votaciones. Finalizada la fría mañana y con el sol más alto y cálido, la gente sale en masa a votar. Además, la institución está en el parque, con lo cual muchos aprovechan para salir un poco al sol después de tres días de lluvia.
A diferencia de lo que ocurre en Urquiza y Belgrano más temprano, Saavedra abre la puerta al turno tarde, y con este llega la hora pico. También aparecen los chicos, algo que no se veía más temprano. “Salieron todos juntos a votar, justo ahora”, se queja Nilda, apoyada en su bastón, y tratando de entender la explicación sobre la boleta electrónica que le deba pacientemente un joven gendarme.
Este periodista quiso sondear el voto. La mayoría prefirió el silencio y guardarse a su candidato. Pero hubo uno, Carlos Ruiz, que no tuvo problemas en confesar su elegido. “Lo voté a Caruso Lombardi. Es experto en salvar a equipos del descenso. Quizá él nos salva de irnos a la B en la Ciudad”, suelta Carlos, dejando entender la ironía en su voto.
En la Escuela Técnica N° 13 de «Ing. José Luis Delpini» de Villa Lugano hubo complicaciones para votar a causa de las fuertes tormentas del fin de semana. Goteras, falta de luz y agua provocaron demoras en el inicio de la votación.
«El estado de la escuela general es bueno. Lo que tiene malo son las filtraciones. Y tiene prevista una obra de impermeabilización en el segundo semestre», dijeron fuentes del Gobierno de la Ciudad a Clarín.